Colombia siglo XX by Unknown

Colombia siglo XX by Unknown

autor:Unknown
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Desde la guerra de los Mil Días hasta la elección de Álvaro Uribe
editor: Editorial Pontificia Universidad Javeriana
publicado: 2015-08-02T00:00:00+00:00


En la sexta reunión, en San José de Costa Rica del 16 al 21 de agosto de 1960, los norteamericanos insistían en la defensa del sistema panamericano pues, decían, la Unión Soviética y China se beneficiaban de la Revolución Cubana para sus propios fines; creían también que sus relaciones con Cuba podrían arreglarse si no fuera por las “influencias extranjeras” que inducían a la hostilidad de su nuevo gobierno hacia Estados Unidos y hacia los principios interamericanos. Propusieron entonces que el sistema panamericano declarara su aversión por las dictaduras de derecha o de izquierda.

Más que dejarse llevar por la acusación acerca de las influencias comunistas, Raúl Roa, el canciller de Cuba, denunció las intervenciones norteamericanas contra México, Colombia, República Dominicana, Haití, Cuba y otros países; atacó la protección y el otorgamiento de asilo de los norteamericanos a los “contra” cubanos, y condenó la agresión económica contra la isla. Frente a las declaraciones de los norteamericanos el canciller cubano manifestó en ardiente discurso (Torres Del Río, 2000):

Cuba no es satélite efectivo o ideológico de nadie. Cuba es hoy, gracias a la revolución popular que le conquistó el pleno ejercicio de la soberanía, un diminuto planeta que recorre su órbita histórica con absoluta independencia en sus movimientos de rotación y traslación. Cuba dejó de ser satélite para siempre, desde el primero de enero de 1959, del gobierno de los Estados Unidos de América.

Un día después de finalizada la sexta reunión comenzó la séptima, en la misma ciudad. Ante las posturas de Brasil, Argentina y Cuba, vinculadas al desarrollo como efectiva medida de seguridad, los delegados colombianos se opusieron abiertamente.

El canciller colombiano Julio César Turbay Ayala dijo que la reunión se había convocado para discutir asuntos políticos y que cualquier medida económica tendría que esperar a la reunión del Comité de los 21, el organismo que esperaba promover la Operación Panamericana de Kubitschek; que los países estaban en la reunión para examinar las amenazas de intervención extra e intracontinental que pudieran afectar la solidaridad del sistema interamericano, amenazas que provenían tanto de las declaraciones intervencionistas de Nikita Khrushchev sobre el conflicto entre Cuba y Estados Unidos como de las proyecciones y propósitos internacionales de la Revolución Cubana y su vinculación con gobiernos extracontinentales, que tenían una filosofía diferente a la de los países americanos. El conflicto, afirmó, no era entre Cuba y Estados Unidos, sino entre América y Rusia, o sea, entre la democracia y el comunismo.

Diógenes Taboada, canciller argentino, condenó la intervención extranjera y el comunismo y, destacando la democracia representativa y sus instituciones como la única garantía para el desarrollo económico, dijo que el subdesarrollo era un protagonista importante de la reunión. Por su parte, y acompañando a la Argentina, el brasileño Horacio Lafer atacó al comunismo y afirmó que la debilidad económica era la causa básica de las perturbaciones políticas y sociales y que la solidaridad económica en la lucha contra el subdesarrollo, la miseria y el hambre era más importante que la propia solidaridad política, pues esta dependía de aquella.



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